Nuevamente, me inunda publicidad de presuntos cursos gratuitos que, en realidad, se encuentran financiados con ayudas públicas, ya sea a través de la subvención de oferta, de demanda, de FPO, etc. He estado a punto de perder proyectos profesionales porque me he negado a utilizar con el cliente la recurrida artimaña: "Es gratis". No lo es. Lo que pasa es que, en ese ejemplo, podían derivar parte de su crédito de formación para compensar el coste del reciclaje profesional. No confundamos al personal. Te dejo este vídeo con mi desahogo.